lunes, 29 de septiembre de 2008

Como la luna y el sol




Sólo quería salir un tiempo de la ciudad, cambiar un poco el cielo.
Caminando, en auto, en moto. No importa cómo viajé, si de todas formas sólo me fui por un tiempo.
A dónde iba tampoco importa pues no llegué a destino (tal vez sí llegué a destino, tal vez no era el que yo pensaba).
El camino no presentaba dificultad ni sorpresas, fue por ello que decidí buscar un atajo o un camino incorrecto.
Pronto me topé con un cartel donde se leían estas letras:

..................“CAMINE TAN SÓLO UN METRO MÁS Y NO
......................QUERRÁ VOLVER JAMÁS A SU TIERRA”

Me alejé un poco. Lo curioso fue que el cartel ahora decía:

............“CAMINE TAN SÓLO DOS METROS Y MEDIO MÁS Y
....................NO QUERRÁ VOLVER JAMÁS A SU TIERRA”

Detrás se veía el camino tranquilo, así que continué obviando el cartel. Pero al dejarlo atrás, floreció un jardín a mi derecha, y un lago se abrió frente a mis ojos.
Volaron sobre mí mil dragones montados por sirenas que al pasar sobre el lago se zambullían con elegancia. El sol y la luna compartían el cielo y las estrellas estaban al alcance de mi mano.
Un ángel se acercó a mí y dijo:
-Como verás, aquí es donde la naturaleza no se corrompe, aquí sólo existe lo que el corazón contiene. Tu tierra no ofrece esta armonía y sé que ya no querrás regresar.
-Estás equivocado –contesté-, en mi tierra el cielo está plagado de dragones y he visto tantas sirenas como años tiene el suelo fértil, que no se muestren les da más belleza e importancia, y si el sol y la luna ya casi no comparten el cielo es sólo porque necesitan extrañarse.
-Pero aquí las estrellas están a tu servicio, a tu alcance –dijo tratando de convencerme de la maravilla de su reino.
-Si las estrellas en mi tierra se han ido lejos es tan sólo para que pueda probarme a mí mismo que aún puedo alcanzarlas.
Éstas fueron mis últimas palabras en aquél lugar pues se desvaneció para mis ojos.
Di media vuelta y volví a donde pertenezco. Volví al lugar que, como la luna y el sol, necesitaba extrañar.
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